Fenómenos, se presenta como una serie post-fotográfica que se sirve de esperma para recrear diferentes paisajes abstractos que convierten al espectador en un involuntario voyeur cuya necesaria actitud escópica provoca una fractura en su lectura; lo ubica en los sensuales escenarios naturales propuestos, a la vez que lo hace partícipe del desarrollo íntimo de la producción de las piezas.

Las fotografías no necesitan la acción mecánica de la cámara, solo esperan recibir en su interior la materia resultante de la masturbación. Se presenta aquí la eyaculación como acto de creación azaroso, enlazando con una serie de trabajos célebres dentro de la historia del arte.

Así, las fotografías analógicas Polaroid 600 film intervenidas con semen y orina muestran paisajes dinámicos, agitados y de elevados niveles de humedad. El estado alterado de los paisajes describe la condición del cuerpo en el momento del clímax; un cuerpo envuelto por la pulsión sexual que solo busca calmar la excitación a la que está sometido.

El clímax erótico queda velado por la abstracción del contenido fotográfico y la repulsión hacia los fluidos corporales, y cada título individualizado describe un fenómeno natural que reorienta su lectura: nubes, precipitaciones, tensión, humedad, etc. que a su vez podrían volver a remitir a estados relacionados con el orgasmo.

En definitiva, imágenes y texto operan como dos estrategias divergentes que intentan alejar al espectador de las referencias sexuales de su materialidad; contradicen su esencia. El semen presente tiene la función totalmente contraria, opera en el subconsciente y desencadena toda una serie de pensamientos eróticos en el observador y lo convierte en el actor necesario para que la obra sea completada. De algún modo, cada fotografía es una mirilla a la que acercarse, igual que en Étant Donnés.

BABŢANN