La obra se enmarca en el contexto de una exposición anterior, titulada “The Uncanny Valley”, que trataba sobre nuestra relación con los objetos cotidianos que nos rodean y sus representaciones virtuales. En esta pieza, partí de uno de los recuerdos más traumáticos de mi infancia para versar sobre huellas y sedimento, patrones reincidentes y el vacío que generan las repeticiones circulares. El vídeo muestra un loop de contenedores virtuales, carentes de contenido, que giran de forma infinita en un ciclo insistente y absurdo.