Mi práctica artística se sirve de la mitología clásica como una especie de avatar, para reflexionar sobre cuestiones antropocéntricas que habitan el mundo actual y su historia. Cuestiones como la memoria colectiva, la cultura popular, la reescritura y desacralización de los grandes relatos (palimpsesto) o los arquetipos sociales, y cómo toda esta transmisión de conocimiento, afecta y modifica nuestra experiencia con el mundo, con otros seres, y con nosotrxs mismos.

En términos más concretos, la materialidad de mi práctica entabla una conversación subjetiva con problemáticas actuales y modelos históricos, a través de la cual, proyecto y comparto mi propia experiencia vital y las emociones que la habitan. Invito así, a la reflexión y la puesta en valor de conceptos como la pluralidad, la igualdad entre seres, la ecología, la ecosofía, los modelos de vida más sustentables y menos consumistas, y la disolución de los arquetipos como constructos de dominación y orden social. Desde el microrelato o story, y a través de materiales primitivos y cotidianos, trato de incidir en el cuestionamiento de lo ya dado, de lo que es correcto, obvio y sólido…la obviedad es una diana y nos, una flecha para tratar de llegar al centro de las reflexiones de nuestro tiempo.

Cuerpo y mano se accionan para transportar desde la naturaleza a un contexto artístico, un destejido de objetos creados a través de materiales nobles y poveras, como son la lana virgen de oveja procedente de pequeña ganadería y autóctona, la madera, el metal, la pintura de desván, flores secas, retales, y elementos cotidianos “de desecho” u objetos-ruido, que danzan en una búsqueda del equiilibro entre pensamiento/sentimiento, producción/artesanía, y proceso/resultado.

[…]“Siempre he preferido los mitos a la historia, porque la historia consiste en verdades que al final se convierten en mentiras, mientras que el mito consiste en mentiras, que finalmente se convierten en verdad” […]

(E.Cozarinsky, “Jean Cocteau”, 1985)