PATRICIA DIMAURO
UNIVERSIDAD FRANCISCO VITORIA
Autora: Patricia DiMauro (Madrid, 1998). @patidimauro
Título 1: “Harmut Richter ayudando a gente a cruzar la frontera ilegalmente”.
Fecha de creación: 2019/20.
Materiales: Acrílico sobre manta isotérmica
Dimensiones: 210 x 160 cm.
Título 2: “Herido de bala salta el Muro de Berlín para ir a robar trabajos al otro lado”.
Fecha de creación: 2019/20.
Materiales: Acrílico sobre manta isotérmica
Dimensiones: 210 x 160 cm.
El trabajo de Patricia Dimauro como artista critica multidisplinar comprende proyectos de técnicas y formatos diversos que parten siempre de una crítica al status quo y las realidades de horror y violencia que este orden genera. A través de recursos propios como la utilización del color y la estética llamativa como herramienta para alejarse de pornografía de la violencia a la que estamos acostumbrados, la utilización de la ironía como conductor hacia la reflexión o la del cemento y la manta isotérmica como materiales característicos de su obra, orienta su trabajo a cuestionar conceptos como la desigualdad organizada, la comodidad privilegiada, la marginalización del desfavorecido y la violencia sistemática.
Las pinturas, realizadas sobre manta isotérmica, plantean una clara cuestión: quién tiene derecho a escapar de un sistema injusto, y quién no. En esa tarea, las pinturas contraponen dos realidades migratorias, la actual y la del Berlín de mitad del siglo pasado, dejando al espectador un espacio para la reflexión desde su conocimiento y opinión personal sobre el tema. Con la ironía como arma se alude a la cuestión migratoria incitando ciertas cuestiones: qué y quién es un refugiado y, de entre todos ellos, cuáles consideramos héroes y cuáles criminales. El uso del color busca atraer al espectador huyendo de una violencia pornográfica a la que está cada vez más acostumbrado gracias al constante bombardeado en redes y medios de comunicación.
Contextualizar la queja es contextualizar el privilegio. Según los flujos migratorios se han ido intensificando, son cada vez más comunes las quejas con respecto a la entrada de migrantes en países privilegiados, así como la puesta en duda de sus motivaciones o intereses. Ante una sociedad asentada en un mensaje consumista que da prioridad al bienestar individual antes que a vidas humanas “de segunda”, “Escena del crimen” nos sitúa en la comodidad privilegiada desde la que se produce la queja contra la inmigración. A través de esta instalación, se reconoce el privilegio latente hasta en los actos más cotidianos, un privilegio que se asienta inevitablemente sobre una desigualdad sistemática e histórica y que pone de manifiesto la incapacidad de nuestro sistema de propiciar una equidad real en el contexto capitalista.